Por José G. Martínez Fernández.
Antes que los españoles llegaran a América los indígenas tenían sus propias tierras, sus pocas plantaciones, pero sus enormes bosques.
De todo ello se apoderaron los españoles en una época en que el mundo era del primero que pisaba el suelo lo suficientemente bien armado y corría a sus habitantes y les mataban.
Pero no sólo se apoderaban de sus tierras, también se apoderaban de las hermosas mujeres y niñas indígenas.
Llegaron los españoles y millones de indígenas sufrieron el aplastamiento brutal de los invasores.
Los incas y los aztecas fueron las mayores víctimas de estos advenedizos.
Millones de hectáreas pasaron, bruscamente, de estos a otros propietarios.
Esa fue la primera gran invasión que España, y también Portugal, hicieron de América.
Aquí en Chile la gente se pregunta porqué los mapuche tienen que pelear y ser muertos para que se les reconozcan mínimos derechos a que le den algunas hectáreas. Alrededor de diez hectáreas por familia.
Singular hecho.
Hace dos semanas anduve por el sur y la propaganda de los neoliberales –Derecha y Concertación- tenían copada con letreros de propaganda política muchos sectores de tierras agrícolas y forestales que bordean los caminos. Los candidatos tenían apellidos de parlamentarios y de ex Ministros o autoridades.
Conversando con una mujer del pueblo me decía: Estos terrenos son del Senador tanto, estos otros del diputado tanto, estos del Ministro Sr. tanto, etc.
¿Razones?
La Derecha y la Concertación, sus líderes –cada uno de ellos- son dueños de millares de hectáreas. El que menos tiene suma varios centenares de buenas tierras.
¿Cómo las obtuvieron? Pregúntenle al cielo.
Los mismos que acusan de “terroristas” a los mapuche son los dueños de enormes fundos de los que los mapuche apenas sueñan tener un poco, un pedacito.
Hace un breve tiempo unos mapuche se tomaron un pequeño fundo. El hecho no ocupó mucho espacio en la agenda noticiosa. Era razonable. El propietario era una autoridad regional del gobierno de la Concertación.
Es decir, Chile ha tenido tres grandes invasores. Los españoles durante la conquista, los chilenos que con Saavedra a la cabeza, mataron para quitarle sus tierras a los mapuche a mitad del siglo XIX.
Y, al final, los millonarios expropiaron con mano blanda a los indígenas de Chile.
¿Cómo fue posible esto último?
Primero se ganaron la confianza de los mapuche que aún tenían importantes porciones de tierra (eso en la primera mitad del siglo veinte) y los convencieron que sus tierras no eran productivas y haciendo una amistad más falsa que Judas (¡pobre Judas!) con los mapuche les ofrecieron una determinada cantidad de dinero…Además los invitaban a comer y beber alcohol, en especial a lo segundo.
Después le hablaban de para qué tenían tanta tierra. Así los hombres con grandes sumas de dinero, cierto día, aparecían acompañados de unos señores en la casa del mapuche, y tras otra comilona y otra “tomatera”, le mostraban ese buen lote de dinero y le pedían que firmara unos papeles.
Los millonarios ya sabían que estaban comprando a precio de huevo.
La ignorancia y el supuesto caballerismo del millonario y el ver tanto dinero junto, llevaba a los mapuche a firmar los papeles presentados y, si era analfabeto, ponía la huella digital.
El acompañante del millonario llevaba todos esos implementos. Era Notario…se conocía la ley.
Así despojaron a los mapuche de sus grandes tierras. Concretados los negocios los mapuche se convertían en “esclavos” de los nuevos dueños, al igual que sus hijos que apenas comprendían la “operación comercial” de sus padres.
Sólo muchas décadas después –sus descendientes- advirtieron que habían sido robados.
Por sólo una pequeña parte de esas tierras luchan hoy los descendientes de los mapuche que han sobrevivido a tantas masacres.
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