Por Raúl Isman.
Historiador y profesor universitario argentino
Abril de 2013.
El 5 de marzo de 2005 falleció Hugo Rafael Chávez Frías. Será motivo de polémica posterior muy prolongada por cierto si el cáncer que lo abatió le fue inoculado o no. Destaquemos que desde se hizo público el deceso se vieron dos fenómenos notables. Por un lado su imagen se volvió icono de lucha para los explotados, humillados y ofendidos en territorios tan distantes como Palestina y el Bronx. Y por el otro quedó palmariamente demostrado la rotunda inmundicia del discurso dominante en los massmedia globalizados, que le atribuían al querido comandante muerto la condición de "dictador". Nadie en la parafernalia desplegada desde pantallas televisivas, el éter radial, portales de internet, diarios, revistas, mensajes de texto por tantos sirvientes del imperio se detuvo a destacar la multitud dolorida que prolongó la despedida (aún inacabada) varios días. ¿No es válido preguntarse porqué si muere un tirano debería notarse júbilo y no sufrimiento en los pueblos? Pero los plumíferos al servicio de la reacción no están para esclarecer, si no para embotar conciencias.
Algo parecido ocurrió el 27 de octubre del 2010 al morir Néstor Kirchner. Los medios que despotricaban contra la "pérfida dictadura" K se toparon con una multitud que lo lloraba con dolor, pero con fervor militante. Es que Chávez, Kirchner, Sandino (entre muchos otros muertos) y Evo, Correa, Maduro (entre tantos otros vivos) han sembrado la semilla de la independencia para nuestros pueblos, asociada indefectiblemente con derechos para las mayorías.
Semejante siembra volvió a cosecharse el 24 de marzo de 2013 en la Argentina, en ocasión al Día Nacional de la Memoria. Una impresionante multitud se apropió del centro de la ciudad ese día y volvió a convocar con alegría para honrar el recuerdo de los desaparecidos. Las fuerzas referenciadas al proyecto Nacional, Popular y Democrático conducido por Kristina Fernández no sólo resultaron más del 70% de la convocatoria. También fusionaron como nadie todas las generaciones: ancianos, adultos, jóvenes, adolescentes y hasta niños(http://www.youtube.com/watch?v=s6Iz0HW2GLQ).
Constatada esa significativa mayoría, la labor de los massmedia reaccionarios se orientó a ilegitimar la convocatoria y para ello contaron con la habitual colaboración de la izquierda estúpida que supimos conseguir. Los partiduchos troskosaúricos salieron- fieles a su histórica costumbre- a amplificar los dichos de la derecha globalizada, montándose en algunos inconvenientes de acceso a la Plaza. ¿El Frente para la Victoria debe autocriticarse por ser mayoría? Así, un cuadro del imperialismo elucubró en su momento que la organización popular La Cámpora era un revival de las juventudes hitlerianas y allí corrieron presurosos los dirigentes de la revolución del 1% del electorado a solidarizarse discursivamente con el anciano golpista. No hay que olvidar que una enfermera dirigente en una de esas corrientes, oportunamente encabezó una marcha contra Chávez- para regocijo de las derechas- en la que todo era testa por la ausencia de seguidores. Es que sólo la insignificancia de estos sinistros podrá hacer que no sea verdad que con izquierdas así, la derecha resulta inútil.
Mientras los pueblos prosiguen la cosecha de tan queridos labradores y se pronunciarán por seguir sus caminos en Abril (Venezuela)y octubre (Argentina)
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