Por José G. Martínez Fernández.
¿Para qué sirve el Congreso Nacional de Chile?
¿Para qué se reúne una pandilla de casi dos centenares de vagos?
No solucionan problemas.
Se enredan en diálogos de pobre política.
¡Qué diría Aristóteles de estos vagos!
NADA.
Porque Aristóteles era un genio y en el Congreso Nacional de Chile no hay genios.
Hay vagos.
Muchos vagos.
Pero ellos ganan -por vagancia- casi diez millones al mes, promedio de sueldo entre senadores y diputados.
Irrita esto que ocurre en Chile donde los congresistas sólo van a calentar el culo a sus asientos felpudos.
No solucionan problemas.
Por ejemplo: aún no acaban con el Decreto de "Saneamientos de propiedades", creado por el cerdo asesino de Pinochet.
Al contrario se sienten felices con ese Decreto que les permite robar a varios de ellos.
Y por lo mismo le prenden velitas a Pinochet.
Es vergonzosa esa realidad, pero existe.
Los seudodemócratas aman al ratero y criminal más grande de nuestra historia.
Son verdaderos chivos del animal mayor y más bestial que haya tenido Chile.
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